Para quienes busquen desconectarse y disfrutar de paisajes únicos y múltiples actividades.
De acuerdo con Viajando. A lo largo del verano, Bariloche ofrece una combinación ideal entre relax, aventura, belleza natural y gastronomía.
Desde las hermosas y tranquilas playas hasta los múltiples senderos escondidos entre bosques milenarios, todo invita a recargar las energías y reconectar con uno mismo.
Cada diciembre, la ciudad se transforma en un escenario mágico: las calles se iluminan, el gran árbol de Navidad del Centro Cívico.
Se llena de vida y la Casita de Papá Noel abre sus puertas para recibir las cartas de los niños.
En ese marco, se desarrollan actividades gratuitas para los más chicos, espectáculos al aire libre y encuentros con Papá Noel.
Iniciativas que convierten al verano barilochense en una propuesta familiar única.
Las playas de Bariloche son un universo en sí mismas.
Desde las urbanas como Playa Centenario y Bahía Serena, hasta las más alejadas como Villa Tacul o Lago Gutiérrez.
Todas comparten una característica: aguas cristalinas rodeadas de montañas, ideales para disfrutar en familia, practicar deportes náuticos o simplemente relajarse al atardecer.
Además, cada lago es un refugio natural con identidad única y paisajes inigualables.
Algunos se destacan por su tranquilidad y color, otros por sus cascadas o bosques cercanos.
Pero todos invitan a vivir el verano en pleno contacto con la naturaleza.