Se establecen zonas permitidas y multas para quienes incumplan las zonas de descanso.
De acuerdo con Red43. San Carlos de Bariloche, uno de los destinos más elegidos por el turismo itinerante.
Dio un paso fundamental para organizar la convivencia entre los viajeros y la ciudad.
El Concejo Deliberante aprobó recientemente una ordenanza que unifica las reglas de juego para quienes llegan a bordo de motorhomes, casillas rodantes y vehículos adaptados.
La medida surge ante el crecimiento exponencial de esta modalidad de viaje y la necesidad de proteger los recursos naturales.
Evitar la saturación de espacios públicos y garantizar condiciones de higiene y seguridad.
La ordenanza es muy clara al distinguir las actividades para evitar confusiones y sanciones:
Se permite en zonas urbanas habilitadas, siempre que el vehículo no exceda las dimensiones permitidas y no despliegue elementos externos (como toldos o sillas).
Se refiere a pasar la noche dentro del vehículo.
La normativa establece que esto solo podrá hacerse en sitios específicos que cuenten con la infraestructura adecuada para el tratamiento de residuos y efluentes.
Queda estrictamente prohibido en la vía pública o playas.
El despliegue de mesas, parrillas o cualquier elemento que exceda el perímetro del vehículo solo está permitido en campings habilitados.
Para no desalentar este tipo de turismo, la municipalidad trabajará en la señalización de puntos de servicio.
Estos lugares son esenciales para la descarga de aguas grises y negras, así como para la carga de agua potable.
Se busca evitar que estos vertidos terminen en el Lago Nahuel Huapi o en pluviales urbanos.
La normativa contempla un esquema de sanciones para quienes pernocten en lugares no autorizados o realicen vertidos ilegales.
Los controles estarán a cargo de las direcciones de Tránsito y de Inspección General, especialmente en zonas críticas como el Circuito Chico y la zona de playas.
Esta regulación es vista con buenos ojos por el sector hotelero y de campings, ya que formaliza la actividad.
Y garantiza que el impacto ambiental del turismo itinerante sea mínimo en un ecosistema tan frágil como el de la Patagonia.