Según los datos difundidos por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
De acuerdo con LU17. El relevamiento estimó que viajaron 1.377.810 turistas y que el gasto total ascendió a $ 249.370 millones, en un contexto atravesado por clima inestable, ingresos ajustados y decisiones de viaje muy pensadas.
Aunque los pronósticos de tormentas frenaron la salida hacia algunos destinos, la fecha se consolidó otra vez como una antesala de la temporada de verano.
El informe señaló que la estadía promedio se ubicó en dos noches, por debajo de los 2,6 días registrados en 2023, y confirmó una tendencia que se repite en todo el año: familias que eligen escapadas más cortas, cercanas y con gastos controlados.
Aun así, el gasto diario por turista se calculó en $ 90.495, un 8,8% superior en términos reales frente al mismo feriado de 2023, con consumos concentrados en servicios esenciales, gastronomía y algunas experiencias seleccionadas.
De esta manera, los fines de semana largos de noviembre y diciembre volvieron a funcionar como un anticipo de la temporada estival.
En el mapa nacional, los destinos con mayor movimiento fueron la Ciudad de Buenos Aires, Mar del Plata, Córdoba, Puerto Iguazú, Mendoza y Ushuaia, junto a ciudades con fuerte tradición religiosa como Salta, San Miguel de Tucumán, San Salvador de Jujuy y Corrientes.
En todos los casos, la combinación de agenda cultural, eventos masivos, propuestas gastronómicas, celebraciones religiosas y actividades al aire libre actuó como motor del flujo turístico.
El informe destacó que estas fechas también sostienen el trabajo de miles de pymes vinculadas al alojamiento, la gastronomía, el transporte y el comercio.
El balance de enero a diciembre de 2025 muestra el peso de estos recesos en la actividad turística.
En los ocho fines de semana largos del año viajaron 13.342.750 turistas, con un movimiento económico estimado en $ 2.971.578 millones, equivalente a unos US$ 2.030 millones.
Para las economías regionales, el impacto se tradujo en mayor circulación de ingresos, empleo estacional y una demanda que se reparte entre grandes centros urbanos, destinos consolidados y localidades que apuestan a fiestas populares, productos típicos y experiencias de naturaleza.