Las autoridades provinciales y municipales, junto a las cámaras empresariales y prestadores turísticos, trabajan en el momento en que se permitirá desplazarse y viajar. De dónde vendrán los primeros visitantes y cómo podrán operar, es el eje de la proyección que realizan.
Bariloche venía de temporadas récord en materia turística. Cada año, la actual superaba a la anterior. La escalada del dólar había aumentado las visitas de público extranjero. Para este invierno, se esperaba un número inédito de vuelos desde Brasil a esta ciudad.
Sin embargo, esos datos –elegidos al azar- se desplomaron con la llegada del coronavirus. Hoy el destino del turismo es incierto, su reactivación será una de las últimas en llegar y los prestadores apuntan a una reconversión para seguir o, incluso, muchos prevén una cierre inevitable.
En ese marco, las autoridades y referentes del turismo buscan cómo salir de este abismal pozo y ya piensan en el día uno, en que se abran las “puertas” a los turistas. Sin dudas, que el segmento de extranjeros deberá esperar muchísimo para llegar a la Argentina en general y desde ya, a Bariloche en particular.
En el caso del turismo nacional, también hay una complejidad importante. Históricamente, de la totalidad de visitantes que eligen descansar en Bariloche, el 70% proviene desde diferentes puntos del país. En los últimos años -devaluación mediante-, los pasajeros foráneos habían ganado algo de terreno y la estadística marcaba un 65% de argentinos versus un 35% de residentes de otras naciones.
La complejidad radica en que la mayor parte de esos argentinos que elige a Bariloche como destino de sus vacaciones, llega de Capital Federal y Gran Buenos Aires, donde está el 97% de los casos de coronavirus del país, según los dichos del presidente Alberto Fernández el pasado viernes en Villa La Angostura.
La pandemia va a reconfigurar drásticamente los porcentuales antes mencionados. Las proyecciones marcan que la Argentina deberá apostar al turismo nacional en el corto plazo y eso se sentirá en la economía, producto del ingreso de divisas que no llegará.
“Sabemos que por un tiempo largo van a venir 100% de turistas argentinos. De hecho, con el Emprotur se está trabajando en reforzar fuertemente la promoción exclusivamente en la Argentina. Desde ya, que hoy no se está promocionando, solo levantamos la mano para que el turista no se olvide de nosotros. Hicimos contenidos en la web, videos y un montón de actividades para que quienes tenían ganas de visitarnos, puedan aprovechar el estar en su casa”, señaló el secretario de Turismo, Gastón Burlon a El Cordillerano.
El funcionario, quien también preside el ente de promoción turística, confesó que en la actualidad se está “trabajando fuertemente para generar un corredor turístico, porque sabemos que lo primero que va a reactivar es lo regional”.
Los corredores que se imaginan son: Neuquén – San Martín de los Andes – Villa La Angostura – Bariloche – El Bolsón. Otro: Viedma – Alto Valle – Bariloche – El Bolsón. O incluso: San Martín de los Andes, Villa La Angostura, El Bolsón, Lago Puelo – Esquel.
También se piensa en un despertar “por anillos” y por etapas. En lo que hace a los anillos, se prevé que a Bariloche, primero comiencen a llegar habitantes de ciudades rionegrinas y a lo sumo, de Chubut y Neuquén. En etapas subsiguientes y con la apertura de las fronteras provinciales, comenzaría a abrirse hacia el resto de la Argentina.
Para eso, será clave la llegada de aviones y de micros de larga distancia. Hoy los vuelos de cabotaje están suspendidos hasta septiembre y las terminales de ómnibus siguen cerradas sin fecha de apertura.
“La idea no es traer el turismo hoy, la salud es la prioridad. Pero comenzamos a trabajar en la reactivación para estar listos cuando todo esto pase. Imaginamos que los primeros vuelos, llegarán de ciudades donde no haya infectados. No vamos a tener un turismo masivo y en cuanto al invierno, no vamos a tener esa temporada inigualable que imaginamos”, consideró Burlon.
Río Negro y Neuquén siguen manteniendo contactos permanentes en materia turística. Las autoridades de ambas provincias saben que se retroalimentarán cuantiosamente cuando llegue la habilitación a los viajes de placer.
Hoy la lupa de ambas provincias está puesta en los centros de esquí. Tanto Catedral, como Bayo, Chapelco y Caviahue han expresado sus intenciones de abrir. Pero también saben que podrían estar cerrados todo el invierno.
Aunque en las últimas semanas, surgió otra variante: el trabajo con residentes. Bayo no descartó abrir solo para los habitantes de Villa La Angostura, en Catedral tampoco y ya avisaron que en caso de no poder operar, los pases valdrán para la temporada siguiente. Mientras que las diferentes excursiones, hoteles y restaurantes de Bariloche, comenzarán a poner en práctica sus protocolos con personas que habitan en esta ciudad.
En tal sentido, se apunta a probar en la práctica, lo que está plasmado en la teoría, y apuestan a los miles de barilochenses que habitualmente no disfrutan de la maravillosa belleza natural que rodea la región.
Sin embargo, también saben que todo esto será insuficiente. Nada se asemejará a un funcionamiento normal del turismo y de la economía, que genera un 30% del PBI de Río Negro. Desde EMPROTUR se hicieron sondeos y encuestas para analizar qué quiere la gente y si piensan en vacaciones, cuando llegue el fin del COVID-19.
“La gente nos dice que tiene ganas de viajar, más allá de la pandemia. Un gran porcentaje va a esperar al último trimestre del año, aseguran que van a usar mucho el auto, porque existe un poco de temor de subirse a los aviones todavía”, concluyó Burlon.