Siempre simpáticos, siempre brindando un espectáculo natural único y lleno de ternura. La vista no alcanza para abarcarlos a todos.
Chubut alberga varias colonias de estas aves patagónicas: Punta Tombo –el asentamiento continental más grande del mundo–, Cabo Dos Bahías y en diversos puntos de Península Valdés. En todas ellas, de septiembre a abril, miles de pingüinos cumplen el ciclo de reproducción, nacimiento, aprendizaje e independencia de los jóvenes. Un espectáculo que sorprende y maravilla a todas las edades.
Por senderos señalizados, la cámara de fotos es indispensable para no perder detalle de los pingüinos, que con su gracia se desplazan, se comunican mediante graznidos o duermen en sus nidos, pequeñas cuevas construidas bajo los arbustos, donde la misma pareja regresa cada año.
La temporada tiene dos momentos particulares para elegir visitarlos: a mediados de noviembre, cuando nacen los pichones, y a fines de enero, cuando la colonia está en su máximo esplendor gracias a la presencia de los pichones, los pingüinos más jóvenes y los adultos.
En Argentina se pueden encontrar pingüinos de Magallanes y pingüinos papúa en varias zonas, como Punta Tombo, Puerto Deseado, Isla Martillo, Península Valdés y Cabo Dos Bahías.