Tras un inicio paulatino, los fines de semana largos mostraron niveles de ocupación alentadores en los alojamientos.
De acuerdo con ADNSUR. Los concesionarios de los paradores fijaron las tarifas diarias y semanales para la sombra, con estrategias de descuentos en efectivo para competir y atraer al turismo familiar.
Puerto Madryn se prepara para vivir una temporada de verano clave para la economía regional. En un escenario nacional complejo, el turismo local comenzó a mostrar señales claras de recuperación, un dato que entusiasma a los prestadores de servicios de la ciudad portuaria. Los registros de los últimos fines de semana evidenciaron un aumento en la ocupación hotelera y en el movimiento gastronómico, lo que funcionó como un anticipo positivo de lo que se espera para enero y febrero.
En este contexto de reactivación, muchos turistas y residentes locales ya planifican sus días de descanso frente al mar.
Una de las consultas más frecuentes a la hora de organizar el presupuesto vacacional gira en torno a los costos de los servicios de playa.
Específicamente el alquiler de «sombra», un recurso indispensable para disfrutar de las extensas jornadas de sol en la costa patagónica.
Los concesionarios de los balnearios ubicados a lo largo de la costa madrynense definieron los valores para esta temporada, buscando un equilibrio entre la rentabilidad y el bolsillo del veraneante.
Según el relevamiento de precios actuales, disfrutar de la comodidad de una carpa o una sombrilla requiere tener en cuenta los siguientes números aproximados:
Para quienes opten por el alquiler de carpas, los valores diarios oscilan entre los $50.000 y $55.000.
Esta opción es generalmente la más elegida por grupos familiares numerosos o grupos de amigos.
Ya que permite mayor espacio y resguardo no solo del sol, sino también del viento patagónico cuando se hace presente.
Por otro lado, para estadías más prolongadas, los paradores ofrecen paquetes semanales que se ubican alrededor de los $270.000.
Lo que representa una amortización del costo diario si se contrata el servicio por siete días consecutivos.
En cuanto a las sombrillas, una alternativa más económica e ideal para parejas o grupos reducidos, los precios se fijaron entre $40.000 y $45.000 por día.
Si bien la diferencia con la carpa no es abismal en el costo diario, la elección depende de la necesidad de infraestructura que tenga cada visitante.
La oferta de los paradores de Puerto Madryn no se limita únicamente a la sombra. Muchos establecimientos elevaron la calidad de sus prestaciones y ofrecen, además de las clásicas carpas, camastros y sectores VIP con atención personalizada.
Al alquilar estos espacios, el turista accede generalmente a todos los servicios del complejo, que suelen incluir uso de vestuarios, duchas, acceso a wi-fi y, en algunos casos, recreación para niños.
Un punto fundamental a tener en cuenta para cuidar el presupuesto es la modalidad de pago.
En varios casos, los administradores de los balnearios aplicaron políticas de descuentos significativos por pago en efectivo.
Por este motivo, siempre conviene consultar en la administración del parador antes de abonar con tarjetas de débito o crédito, ya que la diferencia en el precio final puede ser considerable.
Más allá de las tarifas, Madryn se posiciona nuevamente como uno de los destinos predilectos de la Patagonia atlántica.
La ciudad ofrece playas amplias que permiten evitar el hacinamiento, un factor que muchas familias valoran a la hora de buscar tranquilidad.
A esto se suma el «buen clima» que pronostican los servicios meteorológicos para la región durante las próximas semanas.
El mar del Golfo Nuevo, conocido por sus aguas mansas y transparentes, está listo para recibir a los visitantes.
La combinación de naturaleza, avistaje de fauna costera, una gastronomía de primer nivel basada en mariscos y corderos, y una infraestructura de servicios consolidada, hacen que las expectativas del sector privado y público sean altas.
La recuperación turística observada recientemente sugiere que, a pesar de los desafíos económicos, los argentinos siguen eligiendo la costa para su descanso estival.