Notice: Undefined offset: 0 in /home/infotur/public_html/wp-content/themes/infoturTheme/header.php on line 29

Notice: Trying to access array offset on value of type bool in /home/infotur/public_html/wp-content/themes/infoturTheme/header.php on line 30

El Alerce Abuelo, un árbol de 2600 años en el Parque Nacional Los Alerces

· 27 Ene 2018 ·
El «Alerce Abuelo» tiene 2600 años y es uno de los tesoros de la naturaleza de Esquel Crédito: Administración de Parques Nacionales (APN)
En el sur del país, el Parque Nacional Los Alerces, atesora árboles milenarios. Pero uno, El Alerce Abuelo, echó raíz aquí hace 2600 años: en tiempos en que en otras latitudes del planeta un príncipe de Babilonia derrotaba al imperio Egipcio. Ajeno a guerras y batallas de la humanidad, El Alerce Abuelo creció lentamente aquí mientras Alejandro Magno conquistaba desde Grecia hasta la India, mientras se construía la Murralla China.Ya era un árbol adulto cuando nació Jesucristo.
El Alerce Abuelo, que se mantiene en pie a orillas del lago Menéndez, fue contemporáneo al desarrollo de las culturas andinas y a las cruzadas de oriente. Fue testigo temporal de la llegada de Colón a América y de la declaración de la independencia de la corona Española.
Su ubicación geográfica fue clave para sobrevivir a cambios climáticos, a volcanes e incendios. Y a todas las revoluciones del mundo moderno.
No se pierdan este video de @ParquesOficial: Alerce abuelo en Parque Nacional #LosAlerces. pic.twitter.com/B2iVfuYPWA
— Coso (@unServidor) 15 de julio de 2017
El «Alerce Abuelo» tiene 2600 años y es uno de los tesoros de la naturaleza de Esquel
Es necesario navegar más de una hora, caminar otra hora y recorrer unos cien kilómetros desde el aeropuerto más cercano, situado a 1900 kilómetros de Buenos Aires, para contemplarlo.
Desde Esquel hay que viajar unos cien kilómetros hasta la pasarela que cruza el río Arrayanes en la desembocadura del Lago Verde para arribar al Parque Nacional Los Alerces, desde allí caminar unos mil metros para llegar a Puerto Chucao, embarcarse en un catamarán, navegar por las aguas verdes del Lago Menéndez, hasta llegar finalmente al alerzal: un bosque donde los alerces conviven con arrayanes, lianas y pequeñas orquídeas salvajes a orillas del Río Cisne.
El «Alerce Abuelo» tiene 2600 años y es uno de los tesoros de la naturaleza de Esquel Crédito: Administración de Parques Nacionales (APN)
El Alerce Abuelo, en peligro de extinción en el mundo entero, es visitado por admiradores de todo el planeta. Entre ellos Tall Fisher y Yiftah Blumberg viajaron desde Israel atraídos por este árbol milenario: «Vinimos porque un amigo de Jerusalén nos recomendó verlo», cuenta la pareja de turistas.
Son miles los extranjeros que llegan desde distintos continentes fascinados por este árbol milenario. Dries Bevers llegó desde Bélgica. «Precioso», susurra en ingles frente al alerce abuelo. «Lo más lindo del país» coinciden sus compañeros de viaje, la mayoría de Holanda.
El atractivo de este árbol de 57 metros de alto y 2,8 metros de diámetro, consiste sin duda, en su secreto milenario. Es segundo árbol más longevo del planea, detrás del Pinus Longaeva que se encuentra en Estados Unidos, sostiene Ariel Rodríguez intendente de este parque nacional.
El alerce abuelo sobrevivió a 10 generaciones de arrayanes; 400 generaciones de cóndores y 87 generaciones de huemules. Sobrevivió al cambio climático, protegido por la cordillera de Los Andes, y un bosque prácticamente inexplorado.
El «Alerce Abuelo» tiene 2600 años y es uno de los tesoros de la naturaleza de Esquel Crédito: Administración de Parques Nacionales (APN)
Es que la mayor parte de las 263.000 hectáreas del Parque Los Alerces es territorio virgen. Territorio sin rutas, sin energía eléctrica. El alto grado de preservación hizo posible que 188.000 hectáreas fueran distinguidas este año como Patrimonio Mundial.
Unesco ponderó el alto nivel de conservación del parque para otorgar el sello que sólo tienen cuatro parques en la Argentina. Y apenas 300 alrededor del mundo. También ponderó características propias del árbol que dio nombre al parque: «Los genes exclusivos del Alerce, son de alta diversidad genética, pero dentro de los seres vivos es mono típico», explica el biólogo Gabriel Bauer.
Otro biólogo, Martín Izquierdo explica porqué el Alerce es de un linaje milenario: «La flora y la fauna de estos bosques se remonta a los tiempos en que los continentes estaban unidos», sostiene.
Tras la división de los continentes y a lo largo de los siglos el alerce siempre fue venerado. Los pueblos originarios lo reivindicaron antes que la Unesco. Ellos lo nombraron Lahuan o Abuelo Solitario, debido a que perduraba de pie en el bosque mientras que otros cientos de ejemplares caían a su lado.
El «Alerce Abuelo» tiene 2600 años y es uno de los tesoros de la naturaleza de Esquel Crédito: Administración de Parques Nacionales (APN)
La formación del alerzal fue un proceso lento. Cada árbol crece un milímetro de diámetro por año. Y requiere un ambiente especial de humedad: en el alerzal llueve 300 días de los 365 días del año.
La experiencia de las personas que llegan a visitarlo es casi mística. Muchos visitantes recorrer cientos de miles de kilómetros para meditar, o hace yoga en esta especia de santuario donde sólo se llega embarcado, a través de un pequeño embarcadero denominado Puerto Sagrario.
«La mitad de los 150.000 visitantes que llegan aquí cada año vienen por el alerzal. La experiencia principal es el contacto íntimo con la naturaleza», sostiene Mariela Gauna, coordinadora de uso público y conservación del parque nacional Los Alerces.
«Este árbol es mágico», dice Natalia Quintana, asistente de guardaparques. «Sueño con dormir una noche acá, junto al alerce abuelo», sostiene la mujer que integra un equipo de un centenar de agentes de conservación asignados a esta área protegida. La mujer cree haber develado el secreto que atrae a visitantes de distintas latitudes. «Todos nosotros vamos a irnos de este mundo y el alerce seguirá aquí», dice la mujer. La experiencia de su contemplación es única. La presencia de este árbol, en este bosque milenario, enciende acaso, la ilusión de la permanencia ante el paso del tiempo.
Por: María José Lucesole

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *