A tan solo 24 kilómetros del centro de Comodoro Rivadavia, enclavado entre colinas y estepa patagónica, se encuentra uno de los barrios más singulares y antiguos de la ciudad: Diadema Argentina. Fundado en 1921 por la empresa anglo-holandesa Shell como campamento petrolero, este poblado mantiene hasta hoy un carácter especial. Su arquitectura de impronta europea, su rica historia obrera y su presente ligado a nuevas energías lo convierten en una joya del sur argentino.
El barrio nació en los años 20 del siglo pasado cuando la Shell se estableció en el kilómetro 27 del ramal ferroviario Comodoro Rivadavia-Colonia Sarmiento, donde se ubicaba la estación Diadema Argentina. A pesar de que muchos siguen identificando al lugar como “KM 27”, lo cierto es que esa era la denominación de la estación de tren, mientras que la distancia real desde el centro de Comodoro por ruta es de 24 kilómetros.
Comodoro Rivadavia. En sus inicios, el campamento contaba apenas con algunas construcciones básicas de hierro y chapa para alojar a los primeros trabajadores. Con el crecimiento de la actividad y la llegada de inmigrantes europeos, se comenzaron a levantar viviendas más sólidas y edificios comunitarios. En 1927, el campamento ya alojaba a 443 personas y había comenzado a consolidarse como un verdadero poblado.
Dos etapas arquitectónicas y un legado edilicio invaluable
Diadema vivió dos etapas arquitectónicas. La primera, funcional y precaria, se caracterizó por el uso de chapa y metal. La segunda, impulsada por la llegada del ferrocarril y nuevos materiales, dejó un legado arquitectónico inconfundible: ladrillos blancos de Astra, techos de chapa metálica, grandes jardines y una impronta claramente europea.
La calidad de los materiales utilizados y la planificación del asentamiento hacen que muchas de esas casas todavía hoy luzcan firmes y habitables. Esta herencia visual, ligada a la influencia holandesa de Shell, convierte al barrio en un espacio único dentro del paisaje comodorense.
Un barrio con alma comunitaria
Diadema no es solo un conjunto de viviendas: es también una red de comunidades. Aunque desde afuera se lo conoce como un solo barrio, internamente se divide en sectores como “La Tranquera” (ya desaparecido), “Malvinas”, “Solteros o COVIDIAR I”, “COVIDIAR II y III”, “Central”, “Iglesia” y “Del Zanjón”. Cada uno con sus particularidades, conforman una unidad que preserva la tranquilidad de otros tiempos.
Entre los hitos culturales y deportivos del barrio se encuentra la cancha del Club Atlético Argentinos Diadema, famosa por tener la única tribuna techada de Comodoro. También destaca el Cine Teatro Diadema, inaugurado en 1933 por el administrador holandés P.H. Van Goethem. Con 99 butacas y 58 palcos, fue un centro social clave para los trabajadores, al que asistían incluso desde otros campamentos.
Otro edificio emblemático es el natatorio, inaugurado en 1954, con una pileta de 3,25 metros de profundidad y trampolines que permitieron la enseñanza de buceo. Junto a él, una pileta más pequeña para niños completaba el complejo, que también forma parte del listado de bienes patrimoniales de la ciudad.
La parroquia Santa Bárbara, inaugurada en 1945, es otro punto de referencia histórico y espiritual. Desde 1992, en el mismo barrio funciona el Monasterio San José de las Carmelitas Descalzas, que aporta un clima de recogimiento único en la ciudad.
Diadema Argentina es un barrio que no se deja encasillar en el tiempo. Aún conserva su aire de aldea europea, sus casas de ladrillo blanco y sus edificios históricos que siguen en uso, como el cine, la iglesia o la pileta. Pero también mira al futuro, apostando por las energías limpias, el desarrollo comunitario y la preservación de su identidad.
Lejos del bullicio del centro, Diadema sigue siendo una burbuja distinta dentro de Comodoro, al igual que otros enclaves históricos como Astra. Un barrio donde la historia no es pasado, sino presente vivo.