Cooperativas, comunidades mapuches, productores, vecinas y vecinos, organismos del Estado municipal, provincial y nacional, universidades e institutos científicos confluyeron en la localidad de Ingeniero Jacobacci (Río Negro) en la Unidad de Gestión Integrada de la Cuenca Huahuel Niyeo, un espacio en el que -desde una mirada transcultural e interdisciplinaria- piensan y llevan adelante proyectos para hacer un mejor uso del agua en un contexto de emergencia hídrica.
“Hay otras experiencias, pero no con este nivel de horizontalidad. Existen ‘gestiones integradas de recursos hídricos’ pero intervienen sólo organismos del Estado y representaciones de productores y más apuntado al tema de la producción y no a la problemática del agua en sí”, reflexiona Federico Ivanissevich, integrante de la Cooperativa Surgente, impulsora de la Unidad de Gestión, durante la visita a una comunidad mapuche.
Esa mirada integral (e integradora) la trajo Irene Mujica, la Vasca, una militante sureña que participó de numerosos procesos como el de alfabetización en Neuquén en 1973 y de otros como el de la conformación del Consejo Asesor Indígena (CAI), a mediados de los 80.
“El agua no es un recurso sino un bien común. Cuando comenzamos a debatir la idea de una gestión integrada pensamos un concepto que es el de cuenca-territorio, porque no vemos a la cuenca como un lecho sobre el cual pasa agua (ya sea superficial o profunda) sino como un territorio en el que se ensamblan todas las actividades”, describe Irene, que integra también Surgente.
Y continúa: “Es un concepto que, si bien no es lo mismo que la visión de los pueblos originarios, recupera e integra su mirada. Esto implica un cambio cultural y es un desafío porque en general se ve al agua como un recurso”.