Juan y Any recorren la Patagonia en bicicleta con sus perros

· 13 Mar 2021 ·
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Una pareja neuquina comenzó a recorrer la Patagonia junto con sus dos perros en bicicleta transitando por caminos alternativos. Comenzó en enero de este año desde la capital de la provincia. Su objetivo es meterse en la cultura de cada pueblo y avanzar sobre la ruta de los trashumantes.

Si bien muchos viajeros potenciaron sus ganas de movilizarse en la cuarentena, ellos lo tenían pensado de antemano. La fecha de partida iba a ser septiembre del 2020, pero el coronavirus los retrasó para este año.

Los aventureros son Juan Fernández y Any Márquez. Sin mayores reproches, esta pareja estaba viviendo en la localidad bonaerense de Sierra de la Ventana, un lugar tranquilo y cerca de la familia de Fernández. “Yo soy nacido en Comodoro Rivadavia, viví varios años en Neuquén y mis parientes están en Bahía Blanca”, dijo el hombre de 35 años. Su pareja es “neuquina de pura cepa”, dijo.

Los dos estudiaron en La Plata y vivieron cuatro años en Bariloche, “que es un hermoso lugar, pero perdió la esencia”, aseguran.

“Es una ciudad contaminada por el turismo y por muchos habitantes de Buenos Aires y de varios puntos del país que se fueron a vivir ahí y rompieron un poco con la cultura”, expuso Juan. El pedalista deslizó una de las tantas particularidades de su viaje. “Nosotros queremos ir de paraje en paraje. Es más, con nuestras bicicletas seguimos el camino de los animales, de los trashumantes o de rutas viejas que ya no se usan. Nuestra idea es ir a la cultura profunda de los pueblos que en las ciudades está recontra olvidada”, aseguró.

La bicicleta es el medio más autónomo de todos, dice. “Es más rápido que caminando, y más autónomo que un vehículo porque el motor sos vos. Y, además, es super económico”, considera Fernández. Más allá de las particularidades o de lo rendidor para el bolsillo, lo más importante para ellos es que en bicicleta se puede entrar en cualquier lado. Tras un mes y medio de viaje, la pareja percibió que las personas con las que se cruza se alarman cuando ven a los perros arriba de las bicicletas. “Eso es loco. Hay una cierta romantización de viajar con ellos, pero a nosotros no nos parece así porque te demanda un tiempo, agua y comida extra”, cuenta Fernández.

Dice que nunca pensaron en dejar a los perros porque los consideran como sus hijos. Los animales, asegura, les facilitan las relaciones sociales. “Al llamar la atención, son muchas veces los iniciadores de muchos diálogos”, sostiene.

La ruta que están haciendo arrancó desde la ciudad de Neuquén hasta Picún Leufú. “De ahí nos metimos por unos parajes: El Sauce, Pasaje Aguerre, Puente Picún Leufú. Luego Laguna Blanca y ahí fue la ola de calor que sacudió a toda la provincia y perdimos el protector solar. La idea era cortar de ahí a Primeros Pinos, pero como permiso el protector fuimos para Aluminé por la bajada del Rahue. Llegamos a Aluminé y fuimos a la zona de Moquehue y salimos a Pino Hachado”, describe.

En este último punto, la pareja durmió durante tres noches en un almacén que lleva varios años abandonados, junto a sus perros. “En la ruta nos agarró una tormenta y cómo estábamos cerca de la Aduana, fuimos. Al llegar al puesto fronterizo, nos dijeron que no podíamos tirar la carpa en el campo. Y bajamos unos 5 kilómetros hasta un kiosco abandonado y ahí nos instalamos”, relata el viajero.

La continuidad del periplo fue hacia Las Lajas y luego a Loncopué por el lado del Río Agrio. “Ahí nos pasó que tomamos agua del río que tenía no solo minerales sino que desechos de la localidad. Pasé 12 días con fiebre y gastroenteritis”, dice Fernández. Y recuerda que en la guardia sanitaria de Loncopué le inyectaron suero antes de continuar la marcha hacia Caviahue.

En otro de los tramos del viaje, pasando por Manzano Amargo, los ciclistas observaron que una camioneta se quedó en medio de la ruta. “El conductor nos gritó para que los ayudemos a empujar. Lo hicimos y nos invitó a quedarnos en su rancho; fue hermoso. Sin organizarlo ni mucho menos, nos quedamos dos noches en su casa, conocimos su forma de vida y nos dio un guiso casero que estaba bárbaro”, rememora.

“La gente del norte neuquino es muy amable y confiada. En general, la gente del campo es más sencilla; no se preocupa por la cotización del dólar o por lo que dice un político”, resalta el aventurero que dialogó con LM Neuquén.

La pareja de aventureros sostiene su economía con la renta de los alquileres de algunos inmuebles que tiene en el Alto Valle. Entiende que “el tiempo es lo más importante”, resalta Fernández.

“La muerte de mi viejo me cambió. Yo trabajaba en relación de dependencia y priorice ganar menos dinero, renunciar y tener esta posibilidad que es un proyecto hermoso”, exalta Fernández.

“La fecha del regreso la pondrá la curiosidad. Todo esto es por la curiosidad de cómo se vive en otros lados y es muy grande todo. Cuando nos aburramos de esto o cuándo queramos otra cosa, le pondremos fin. Por ahora, seguiremos para el sur”, desliza el pedalista.

El viaje comenzó hace un mes y medio y la pareja sabe que tiene tierra para recorrer e historias para conocer. “Estamos acá y el país es muy extenso. A disfrutar que, creemos, que tenemos aún tiempo”, dice Fernández.

Para poder llegar a muchas veranadas o ranchos perdidos en la montaña, los aventureros verifican los caminos alternativos en varias aplicaciones. “Una es Open Street map, que es una base de datos de caminos que los usuarios van generando. Te salen redes camineras”, explica el ciclista.

Los pasos que hizo la pareja, la llevaron a conocer muchas comunidades mapuches y se intentaron alimentar con los productos que estas vendían. “Comimos mucho queso de cabra y demás productos de la región”, sostiene.

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